Déjame que te cuente
Nadie
fue importante para él, nunca. Aunque eso es algo que muchos olvidaban y otros
tantos se empeñaban en no creer... he de admitir que no les culpo, si lo
observabas un segundo podías ver en sus ojos magia, humildad y paz. Pero en
realidad drogas, pasión y muerte le definían bastante mejor. Incapaz de sentir
miedo se doblegaba ante sus deseos más impuros y no dudaba en desafiar a la
muerte cada vez que se le aparecía la oportunidad. Quién le conocía no tardaba
en tacharlo de "alma perdida", ¡Já!, cuan se alejaban de la realidad...