Y fue en ese preciso momento en el que decidiste escribirme cuando todo volvió a su lugar: el sol, las calles, la gente y las palabras. Es curioso pero casi se pudo escuchar ese "click" que se oye cuando dos piezas encajan por fin, dispuestas a no soltarse jamás; sabiendo que ese es su lugar.
Bailé largo tiempo con la muerte;
alegre y juguetona
llegué a olvidar que ese no era mi lugar