8.21.2015

Manchada

Era yo la que cuando llegaba a casa se acurrucaba en un rincón a llorar porque le daba miedo el mundo, porque no lo entendia, porque ese no era su lugar. Era yo la que sentia pánico ante el asomo de un abrazo, la que decia ven a por mi, destruyeme, pero no se te ocurra amarme. Era yo la que llevaba papel y boli a una fiesta, la que se ponia a escribir en medio de una discoteca y odiaba que la interrumpiesen con un te invito a una copa. Era yo la que creia que el Karma le pagó por adelantado por si me decidia a no dejarselo cobrar, la que sonreía ante la idea de volar, la que se queria comprar un parque con vistas a un ático. La que queria bailar bajo la lluvia pero no se atrevia por si la enjaulaban, la que queria ser libre pero no tenia alas, la que a veces sentia que tenia alas pero untadas de plomo. La que se atrevió a devolverte el beso a pesar del riesgo de tenerte, la que te perdió en el intento de mantenerte lejos. Era yo la que se miraba al espejo y no entendia las lágrimas, la que se agarró el estómago mientras se derrumbaba, la que se aferró al suelo para no caer más, la que durmió en el alfeizar de la ventana porque tenia miedo de saltar. La que se tomó tantas pastillas que ahora cualquier comida significa un pinchazo, a la que le dio igual la familia en la habitación de al lado, la que no se atrevia a sonreir porque lo consideraba un insulto a su dolor. La que se sobrevivió a si misma y todavia no sabe por ni para qué, la que le encontraba más sentido a la muerte que a la vida, la que no se tendió una mano a sí misma si no un puño. Todo eso era yo y creeme cuando digo que nunca he escrito nada tan sincero como esto.