2.28.2015

Así somos

Ya no te siento.
Recuerdo tu mano junto a la mia,
nuestro abrazo eterno 
y el alma a los pies,
pero no consigo echarte de menos.

Te he visto decir mi nombre en voz baja
para que nadie pueda escucharlo,
ni siquiera tu,
            -porque no te atreves-,
y me da igual.

La felicidad,
cabezona, 
sigue en el lugar donde nos dijimos adiós,
esperando, 
por si se nos ocurre volver.
Pero pasamos de largo una y otra vez,
fingiendo no verla.

Ni sentirnos.

Así somos, 
tu, un cobarde, ¿y yo?
Una mentirosa que lee a Neruda fingiendo encontrarse.

Solo porque ya no están tus ojos para hacerlo.

2.05.2015

Fui yo

¿Fue el tiempo el qué cambió el sentimiento 
o fuimos nosotros con nuestra propia sangre?